Ayer me llegó una de esas tan emocionantes como ridículas cadenas que mandan por internet.
La historia condensada es esta: Una anciana le pide crédito al bodeguero, éste le dice que escriba en una hoja de papel los productos que desea y que la ponga en la balanza, él le dará los productos que pesen lo que pesa esa hoja. La mujer escribió, puso la hoja en la balanza y ésta se fue con mucho peso hasta el fondo, el bodeguero ponía productos en la balanza y ésta aún no se movía, entonces agarró la hoja y la leyó, decía algo así como «Dios, dejo mis necesidades en tus manos»,.
¿Qué emocionante verdad?, ¡y que burla tan grande a los que de verdad pasan hambre y no tienen dinero para comprar comida, o tienen dinero pero no hay comida para comprar!.
Solamente a los que nunca han pasado realmente hambre u otros tipos de necesidades materiales se les puede ocurrir algo así. Actitud paternalista que en su subconsciente busca desligarse de esa parte fea del mundo que ellos no quieren ver, ¿y qué mejor forma de hacerlo que con estas «potentes» historias de fe y esperanza?
Hipócritas.