
Creo que esa es la esquina que mas sufre en todo Buenos Aires.
Psicológicamente hablando estos adultos que se comportan como adolescentes extremadamente rebeldes en realidad lo que hacen con sus teatros es pedir a gritos la mano dura que les faltó en el hogar durante sus primeros años.
Necesitan de alguien que les infunda respeto y miedo. Por eso constantemente se rebelan contra ellos mismos, buscando un tope, un freno que nunca encuentran porque la misma sociedad permisiva que por autocomplacencia no les frenó a tiempo, ahora por miedo tampoco lo hace.
El monstruo ya está creado y no hay marcha atrás. Y si no lo encadenan a tiempo………….se verán todos ustedes en territorio inexplorado.