
Un «antiabortista» nunca viera eso como un pollo frito. Porque es un simple huevo sin ningún vestigio de que la vida en él ha comenzado.
Ni siquiera el mayor apoyador de abortos se comería un huevo que al abrirlo le vé ya un embrión de pollo en formación.
En esa foto solo vemos cómo se fríe esperma de gallo y óvulo de gallina.