
Para el estadounidense común y corriente, cumplidor y respetuoso de las leyes y convencido de que desde el Rio Grande hasta la Patagonia todos comen tacos con guacamole, esto es lo que piensa cuando ve ese cartel que dice “Nuestras familias merecen justicia”:
Ellos piensan que si esa familia rompió la ley de Estados Unidos al entrar ilegalmente, si de verdad se va a hacer justicia con ellos habría que regresarlos al otro lado de la frontera por donde mismo entraron.
Y no me vengan con moralismos ni que yo también soy inmigrante y blah blah blah, nada de eso cambiaría el significado de Ley ni el de Justicia, dos cosas que tienen que ser aplicadas a todos por igual, especialmente cuando hay decenas de miles alrededor del mundo verdaderamente siendo perseguidos por motivos políticos y religiosos esperando pacientemente por su turno de entrada a Estados Unidos.