
La realidad histórica a demostrado que sucede exactamente lo contrario. La competencia es la mayor demostración de la individualidad de cada ser humano, le quitas eso y se convierte en animal actuando por instinto, y los instintos son fáciles de manipular por mentes maquiavelicamente superiores.
¿Quieres mejor ejemplo de perfecta y pacífica cooperación que el contrabando y el mercado negro?. Con ellos, donde no hay leyes coactivas, restricciones ni regulaciones burocráticas, dos personas en total libertad llegan a un acuerdo de compra/venta mutuo donde los dos salen beneficiados, y si no es así simplemente cada cual seguirá su camino sin ninguno forzar al otro a que compre o a que venda.
En cambio, cuando tratas de enseñar la paz y la cooperación, lo harás bajo las premisas de tus propias reglas, muy diferentes a las premisas que está usando el vecino para enseñar su versión de paz y cooperación, guerra futura y segura donde cada cual está convencido que la razón está de su lado y los demás tienen que doblegarse a ella, por eso es que no se puede legislar sobre el comportamiento humano, es totalmente contraproducente.