Dijo Trump: «Es increíble que haya podido convertirme en presidente de Estados Unidos teniendo a unos medios noticiosos tan deshonestos y corruptos totalmente en mi contra las 24 horas. O yo soy muy, pero muy bueno en lo que hago, o ellos no tienen nada del poder que creen tener»
Eso me recordó una conversación que tuve ayer con alguien profundamente afectado por el Trump derangement syndrome. Esa persona pone a la poca humildad de Trump como un gran defecto, ¿Y desde cuándo la humildad es una virtud?. Cuando se habla de «humildad» es la cobardía quien expone la otra mejilla, inculcar la humildad como virtud lo que hace es traer a la hipocresía como fuerza.
Esos histericamente tristes seres infectados con tan horrible síndrome viven en un mundo completamente emocional, por eso idolatran a políticos ideólogos como Obama que saben decirles lo que ellos quieren escuchar y los adormecen de tal forma que ni siquiera se dan cuenta (ni les importa) que los resultados sean completamente lo contrario a lo prometido.
Mientras que por el otro lado desprecian al administrador que no tiene nada de político, es altamente pragmático, llama a las cosas por su nombre y se concentra en cumplir lo prometido sin importarle cómo luce en el camino. Ese tipo de líder es lo peor que le pudiera pasar a la gente gobernada por sus emociones porque es el tipo de comportamiento que les tumba todo el andamiaje al recordarles que no existen pajaritos preñados.