Lamborghini

La otra opción sería llorar miseria y darle poder al líder con alta conciencia social que más prometa quitarle a los que más tienen a cambio de migajas para mi y él se lleve el Lamborghini.

Los últimos 100 años de historia lo han más que demostrado. Prefiero quedarme trabajando para ese empresario exitoso por el salario que ya estuvimos de acuerdo, porque sé muy bien cómo termina ese cuento de “tu eres pobre porque aquel es rico”, conmigo no funciona esa simple, pero poderosa frase porque sólo los fracasados enrojecen de ira y odio ante el triunfo ajeno. Tengo mentalidad de vencedor, y por eso amo las victorias ajenas, porque las veo como faro y guía, como camino a emular y no como fuente de envidia.

Separar en grupos, sembrar envidia y rencor entre ellos para recoger ganancias políticas y económicas han sido las bases de esa ideología que como principal apoyo tiene a lo mas bajo y ruin de la sociedad.