O la aceptas, o no tendrás cabida en su tolerante e inclusivo mundo venidero.
Todo líder izquierdista no busca mejorarle la vida a la gente, lo que busca es “mejorar” a la gente hacia la imagen y semejanza de su ideología. Por eso su prioridad no es crear fuentes de trabajo bien renumerados ni preservar la vida y seguridad de la población, su prioridad es la ingeniería social, modificar, amoldar la heterogénea mentalidad de toda la sociedad en una masa homogénea que no razona, solamente grita y obedece. La táctica es simple y contundente, comienzan con Antonio Gramsci “Adueñarnos del mundo de las ideas para que las nuestras sean las ideas del mundo”, y entonces poder pasar al Che Guevara y su “Construcción del hombre nuevo”, matando al hombre viejo.
Por eso vemos como el izquierdismo se ha hecho dueño de todas “las causas justas”, causas que ha tergiversado y manipulado a la medida de sus oscuras intenciones, desde el calentamientoglobalcausadoporelhombre hasta el feminismo empoderante, desde la defensa de los animales hasta el lenguaje inclusivo, desde los derechos LGTB (y cuanta nueva letra le quieras agregar) hasta apoyar a los taxistas contra el malvado UBER. Averigua cada 24 horas (exceptuando feriados) cual es la protesta del día en Buenos Aires y tendrás una fuente inagotable de ejemplos de como esa ideología, gota a gota, va carcomiendo y modificando la psiquis de todo el tejido social. ¿Cuántas cosas liberticidas hay ya que hace solo 20 años atrás veías como totalmente imposibles e inaceptables, ahora las ves y aceptas como algo normal?
Ellos prometen cambiar el mundo para algo mejor, para lograrlo primero tienen que cambiarte a ti, te guste o no, quieras o no. O lo aceptas, o no tendrás cabida en su tolerante e inclusivo mundo venidero.